Lo que nos aleja, lo que nos acerca.
Rutina que se hace rutina,
La practicidad de lo indiferente,
Caminos que parten y reparten,
Conjuntos que nada comparten,
La empatía de cariño carente,
Reunión que sin empezar termina.
Aleja.
,
Crítica que despreocupada aconseja,
Rumor que en silencio comprende,
Ascensión ajena compartida,
Arrebol sin pena y sin medida,
Respuesta al tiempo que trasciende,
Cariño que más que viejo, se añeja.
Acerca.
Somos pasajeros, en movimiento y cambiamos el rumbo de forma constante. Muchos otros semejantes encontraremos en la travesía, muchos dejaremos detrás y muchos nos esperan delante. Algunos nos acompañan en parte del camino, en una inversión de tiempo que se hace de forma mutua y rara vez justa. Sin embargo, eventualmente los pasos cambian y la sincronía se perturba.
Pocos son los viajeros que encuentran semejantes que, en cada paso que dan, ayudan a construir una porción de camino ajeno.
Si algo, por encima de su dulce y pesada ironía, su manera tácita y enigmática de enseñar, su trama enredada pero sencilla y su demanda de ser sentida; me ha enseñado la señora vida, es que hay personas que en su existencia aligeran la tuya.
Y no una existencia más ligera por falta peso o valor, sino ligera por suave y llevadera, por gusto y facilidad.
Me ha demostrado que esta coexistencia solo se debilita si se quiere así, y que trabaja en su propio tiempo, espacio y dimensiones. Por más tiempo que pase no decaerá. Por más distancia que se interponga la presencia será tangible. Y que por más que alguno cambie se reconocerán como iguales. Que el amor no solo es fugaz, instintivo, brusco y apasionado; que más vale el amor plácido, constante, inalterable, sutil, silencioso. Amistad. De tantas cosas que nacen en este mundo, hermoso es lo que nace de la amistad.
Un amor para el que jamás serás un extraño.
Para ustedes.
Para ti.
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