Crisis. κρίσις

Estático.
¿Qué no daríamos por congelar momentos?
Paralizar emociones,
Perpetuar un estatus,
Hacer del quo el aeternus,
Y del aeternus universalis.
El deseo, dicen, es inmortal;
Pero es tan caduco como aquel que lo porta.
Lo único perenne es lo pasajero.
Y de lo pasajero el desorden,
Pues la vida se compone de desordenes apilados
Que buscan la eternidad pero se regocijan en lo pasajero.
Y este regocijo nace en la crisis,
En ese momento que separa la línea.
Una vida muere
Y en su lecho otra nace renovada,
Pues la vida no es una sola
Sino una sucesión
De pequeñas existencias que perecen y prevalecen.
Decisión.
Patear la silla y colgar de una línea
Pujar y escuchar el llanto,
Cortar la línea.
¿Qué seriamos sin los instantes de inflexión?
Una novela en blanco
Sin nudos entramados.
Pero la decisión se hace del cambio,
Y el cambio se hace del caos
El malestar.
Pues una sonrisa se haría mueca
Sin la tristeza de su contraste.
Pero ¿Qué no daríamos por congelar momentos?
¡Necios!
Lo frío es el abandono de la inexistencia.
Y lo imperecedero es inexistente.
Existir es vivir y morir en sucesión
Y de esos decesos,
La decisión,
La crisis,
La renovación,
Seguir.

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