Yo, así de sencillo

Esta quizás sea la entrada más larga, seria y personal que llegue a hacer en mucho tiempo, de las muchas que vendrán de ahora en adelante.

La imagen que doy a los demás es algo que me atreveria a decir que conozco y se manejar, un hombre que más que hombre es un poco infantil pero que es buen amigo, humilde, inteligente, buena persona, pero al mismo tiempo algo ingenuo y despreocupado. Puedo asegurar que a prácticamente todas las personas a la que les hacen la pregunta "¿Como esta Alejandro?" dirían que sencillamente bien, pero en realidad, muy por dentro de ese espacio que sabe más que lo que uno mismo es consciente, sencillamente no tiene respuesta.

Aquí en este espacio admito que en realidad, a pesar de todo, soy demasiado cerrado; y que apenas existirán alrededor de 2 o 3 personas que han llegado a siquiera rasgar la superficie de quien en realidad soy. Sin preocupaciones, porque no es que sea un enfermo mental.

Ahora en retrospectiva puedo decir lo que pienso (de la forma más objetiva posible) de mi propia persona.

Desde pequeño he sido una persona que prefiere los grupos sociales pequeños, las masas sencillamente me aturden y, según mi opinión personal, opaca la individualidad de cada persona. Nunca he tenido un mejor amigo, pero (antes de alguien se queje) si he tenido personas que se han acercado a esa definición tan abstracta. Creo que soy yo mismo de manera muy inconsciente el que no ha permitido esa relación de amistad, ya que todos los hechos conjugados de mi vida me han llevado a aislarme de una manera muy peculiar. Peculiar por el hecho de que todo el mundo me cae bien, pero quizás odie a una persona y sencillamente no lo exprese (solo un ejemplo porque nadie ha llegado a ganarse mi odio).

Este hecho de preferir grupos pequeños fue reforzado en el primer colegio en el pase un tiempo significante. Grupo pequeño y la inocencia de la niñez, me dieron unos momentos muy gratos. Despues de ciertos hechos histórico-políticos del país, mi madre pasa por un momento de desempleo (que solo hoy es que entiendo la magnitud de ese momento) y me mudo de nuevo a mi tierra natal. Paso por un colegio de un grupo que para mi es inmenso y comienza una línea de problemas que llevan a lo que actualmente soy.

En este nuevo ambiente comienza una lucha por subsistir más que por vivir. Con fuertes distinciones sociales entre grupos y con poca atención por parte de profesores mediocres hacia a alumnos más mediocres (salvo algunas excepciones) no encontraba, ni nunca encontré mi lugar.

Con el surgir de los problemas mis padres, en toda su sabiduría concebida por el tiempo, tomaron la decisión de cambiarme a un nuevo entorno. Pero ya era muy tarde, el bloqueo emocional y social ya estaba impuesto, ya no era, ni iba a ser, ni soy la misma persona que fui cuando tenia menos edad.

La reducción del grupo se podría decir que me afecto significativamente, pero todavía estaba marcado por el pasado, lo que me llevo a ser una persona que en realidad no quería ser, y a hacer cosas tan estúpidas como los motivos que impulsan a la sociedades de hoy en día.

No fue hasta la universidad que desperté un poco, pero hoy siento que estoy volviendo a lo mismo...

El determinar quien es Alejandro desde un punto de vista externo, es algo que nunca va a ser totalmente paralelo a la realidad, porque sencillamente el Alejandro que se ve a luz pública no es el real, o por lo menos no en su totalidad. Puedo estar triste, de mal humor, cansado, obstinado, o peor aún para mí enamorado, y quizás en años nunca se den cuenta, porque ya estarán tan acostumbrados al Alejandro que conocen que no sabrán ver a otra que no sea el de siempre.

Otro punto que me ha costado demasiado es aceptar el hecho de mi inteligencia. Quizás mi autoestima haya sufrido un golpe tan fuerte que sencillamente cualquier concepto bueno, más allá de la media, no lo pudiera asociar conmigo mismo. Después de varios años de efímeros reconocimientos y tener lo obvio en la cara, ya he aceptado el hecho de que tengo el beneficio de la inteligencia de mi parte, más allá de la media. Y como lo se (antes de que me llamen arrogante), fácil, pregúntale a alguien cuando tiempo pasa estudiando y entendiendo un tema cualquiera de una materia cualquiera en mi carrera medicina, fácil te dirá que todo lo pueden, y más fácil te darás cuenta que al final estudiando solo para pasar o conformarse con un 16, viendo esta nota como un verdadero logro. Mientras tanto yo leyendo el texto unos días antes del examen y discutiendo (dando clases) un poco con mis amigos obtengo 20 y quedo con ganas.

Todo esto conjugado me ha llevado a ser lo que soy hoy, un camaleón social, que difícilmente establece vínculos emocionales con otra persona, que vive por vivir la vida como venga llegando, con poca planificación a futuro, que tiene serias quejas hacia la sociedad y que odia enamorarse por la imposibilidad de expresar ese amor y por el simple hecho del miedo de romper el equilibrio en el que están las cosas, o más sencillo, el muy temido rechazo.

Es muy triste darte cuenta (o que por tu cabeza pase la idea) de que eres de las personas que si deja marca en los demás, pero que, o esa marca es muy deleble, o que no tengo la capacidad de darme cuenta de las personas en las que si he dejado huella. Muy triste llegar a tu casa y pensar que quizás si llegas a faltar, en un mes quizás ya ni se acuerden de ti (y no es que sea así, pero la idea a veces viene y pega muy fuerte). Es muy triste querer a una persona y no poder expresarlo de la manera correcta para que el cariño pueda llegar a ser mutuo. Y lo peor es que yo soy de las personas que por desgracia cree en el amor, y no solo en las relaciones superficiales que hoy están tan de moda. Pero esto de nada sirve si el amor se queda dentro y no eres capaz de expresarlo. Quizás por miedo, inseguridad, o quizás cualquier otra cosa.

Pero Alejandro, inseguro, triste, enojado, obstinado; quién se va a creer eso. Pues yo puedo decir con seguridad que nadie, y también puedo decir con seguridad que muchas veces he estado triste, inseguro, enojado u obstinado, pero dudo que tan siquiera por lo menos mis padres se hayan dado cuenta.

Les puedo asegurar que muchas cosas me sacan de quicio, y también les puedo asegurar que si mi almohada esta desgastada es por las lagrimas que se ha tenido que aguantar. Saben, incluso escribiendo alguno de estos párrafos varias lagrimas se hayan escapado, pero como estamos hablando de mis quizás no sea una idea fácil de digerir para ustedes.

Es hora de cambiar, y espero poder hacerlo, antes de que la vida lo haga por mi.
Gracias por leer a los pocos que se que lo harán y a los que no se si siquiera se enteraran de que tengo un blog.

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